Y para aquéllos que el título de este blog no les sugiera nada, diré que la esquina que conformaba los antiguos Almacenes El Águila (actualmente ocupada por la sucursal de una entidad bancaria) tuvo nombre y carta de naturaleza propia en el argot cofrade y semanasantero malagueño. Aún hoy, los itinerarios de muchas de nuestras hermandades incluyen ese ángulo de casi 90º situado entre las calles de Méndez Núñez y Granada y sigue siendo un interesante enclave para observar las maniobras que realizan los tronos.


viernes, 19 de abril de 2013

C-3

   No. Decididamente, y en contra de lo que pudiera pensarse a primera vista, no pretendo referirme a un conocido modelo de marca de automóvil; ni tan siquiera, se trata de un incompleto movimiento ajedrecístico, nada más lejos. Sin embargo,  esta letra y este número encierran, a modo de mensaje críptico, un fragmento de la historia relativamente reciente de nuestra ciudad.  Algunos
de los que leen estas líneas posiblemente ya vislumbren a qué me refiero.
   Efectivamente, el misterio no es otro que el objeto que se halla sumergido a 70 metros de profundidad  y a unas cuatro millas al SE de nuestra inconfundible farola de Málaga. Se trata de un submarino de 73 metros de eslora y 6,3 metros de manga de la denominada entonces clase C. A modo de breve semblanza, diremos que se inició su construcción en los astilleros de Cartagena el 5 de mayo de 1924; su botadura fue el 20 de febrero de 1929 y fue asignado al Alto Mando Naval el 4 de mayo de 1929.
   ¿Qué circunstancias concurrieron para que este artefacto submarino de 1000 toneladas de desplazamiento, que hubiera hecho las delicias de Peral y de Monturiol, acabase funestamente en el lecho marino?
   Corría el año 1936, los albores de nuestra malhadada Guerra Civil. Por aquél entonces, doce sumergibles en activo constituían la flota de submarinos de la República ( aunque ese número pronto quedaría reducido a diez tras el hundimiento del B-5 y el B-6). El C-3 era uno de ellos, y todos ellos tenían como objetivo común localizar, interceptar y hundir al Acorazado "España" y al Crucero "Almirante Cervera", barcos en poder de los sublevados.
   El 15 de agosto, al C-3 se le ordena trasladarse al Cantábrico, pero el submarino sufre una avería frente a las costas de Portugal, que le obliga a volver a Cartagena. Una vez reparado, el 23 se halla de nuevo en Málaga dispuesto a partir hacia el Norte. Durante las semanas siguientes patrulla por el Cantábrico, y, sin realizar ninguna acción de guerra, el 2 de octubre con una importante avería que le produce la pérdida de un motor diesel, recibe la orden de dirigirse a Tánger, y , finalmente, de nuevo a la base de Cartagena.
   Aún sin reparar, el C-3 zarpa el 10 de diciembre con destino a Málaga, no sin antes detenerse brevemente en Almería al objeto de desembarcar una piezas defectuosas, pasando la noche del 11 al 12 de diciembre sumergido a la entrada de nuestro puerto. Por la mañana recibe la orden de permanecer de patrulla sin entrar en él.
   A las 14:00 del 12 de diciembre de 1936, el submarino navega en superficie a escasas cuatro millas al SE de la farola. Considero conveniente que a partir de aquí sean los informes oficiales los que reflejen lo acontecido...."el turno de comida ha acabado y los marineros Isidoro de la Orden Ibáñez y Asensio Lidón salen a la cubierta de popa para arrojar por la borda los desperdicios.En la torreta o vela se encuentra el comandante Antonio Arbona Pastor acompañado del capitán de la Marina Mercante, D. Agustín García Viñas, adscrito a la Armada como oficial de derrota del submarino. Cerca del C-3 se encuentra el guardacostas "Xauen" relevando a la lancha I-4 de la Tabacalera en sus labores de vigilancia. En las inmediaciones faenan los pesqueros "Joven Antonio" y "Joven Amalia" pescando boquerón.
   A las 14:19 el C-3 se estremece de forma violenta; una llamarada y una densa nube de humo blanco acompaña a este hecho. De forma casi instantánea, el submarino se hunde dejando a flote tan sólo al capitán García Viñas y a los marineros de la Orden y Lidón, que luchan por no ser arrastrados al fondo. El hundimiento es tan rápido que ningún hombre de los 37 que permanecen en el interior logra salir.
   En la superficie, una mancha de fuel marca el lugar donde se produce la tragedia. La nube blanca se disipa y tres hombres se debaten en el agua. Poco tiempo después serán rescatados por uno de los pesqueros que faenan en la zona y trasladados al buque hospital "Ártabro", fondeado en el puerto de Málaga".
   Esos son los hechos. Las causas son harina de otro costal, porque parecen existir distintas versiones. Según el informe del propio Jefe de la Flotilla de Submarinos, Remigio Verdia Joli, la tragedia la había causado una explosión interna: " Considero debe descartarse por completo la idea de que el buque fuera torpedeado por las siguientes razones: 1º No se observó la columna de agua de 60 u 80 metros como la que produce un torpedo.2º No se puede demostrar que la explosión fuera grande porque, entonces, todos los testigos de dentro y fuera del submarino la hubieran claramente percibido.3º Ninguno de los que estaban en el puente vieron estela ni periscopio.4º Ninguno de los pescadores de las proximidades lo vieron tampoco.5º Sobre las cabezas de los naúfragos no cayeron restos de la explosión".
   Sin embargo, a la explosión fortuita interna hay que sumar otras especulaciones tales como un torpedo disparado por el submarino alemán U-34 (Operación Úrsula) , que pudo no explotar, pero sí abrir una vía de agua, que ocasionó el hundimiento del C-3 o la de un sabotaje interno. En cualquier caso, fuera lo que fuera, lo único cierto es que el submarino yace a 70 metros de profundidad y con él reposan los restos de 37 marinos españoles.
    Hoy en día todo indica que, efectivamente, el C-3 fue hundido por el antedicho submarino U-34, mandado por el Käpitanleutnant Harald Grosse, acción por la que fue condecorado con la "Goldenes Spanienkreuz" (Cruz Española de Oro)." El U-34 buceaba a hurtadillas por Málaga mientras el C-3 reposaba en superficie ajeno a todo. Lo alemanes dispararon, celebraron su masacre y huyeron de su rapiña secreta por España cruzando el Estrecho. Para Nochebuena ya estaban en su base. Días después, se interceptó un comunicado del comandante nazi que se jactaba de haber hundido un submarino español frente a Málaga. O sea, Alemania en guerra contra España sin haberla declarado". Estaríamos, pues, posiblemente ante la primera acción del ejército nazi contra el entonces Gobierno legítimo español, meses antes del bombardeo de Guernica.
Muchos años después, los familiares de la víctimas solicitaron a Federico Trillo, a la sazón Ministro de Defensa, que elevara una demanda a Alemania por daños y perjuicios en virtud del acto de piratería cometido, habida cuenta " que el Tratado de París de 1907 establece que no se puede actuar en territorio de un país contra el que no se está en guerra, y además, afirma que el hecho no prescribe". Algo es seguro, que el asunto no llegó a buen puerto.
¡Líbreme Dios, de enarbolar la tan traída y llevada memoria histórica, que tantas heridas reabre! Amigo soy del estudio y conocimiento de la historia, grande y pequeña, porque ello, entre otras cosas, podría evitarnos tropezar con la misma piedra (es verdad, tenéis razón, no es siempre la misma), pero de ahí a que tengamos que reabrir forzosamente dolorosos procesos inacabables en el tiempo retrógrado, va un abismo.
Lo que sí es cierto es que si Málaga en 1900 ayudó a los naúfragos de la fragata alemana "Gneisenau" y, gracias a ese gesto, Alemania regaló el famoso "Puente de los alemanes" a la ciudad en 1907, tres décadas más tarde la historia iba a jugar en nuestra contra; tampoco hoy, sinceramente, creo que la Sra. Merkel esté por hacer una gracia.
Permitidme un último dato curioso, amén de espeluznante, extraído del diario ABC, "muy propio" de la nación inventora del submarino:
"La crisis no perdona ni siquiera a la Armada, que ha visto reducido el número de sus submarinos operativos a dos, lo que supone una disminución de hasta la mitad de la flota. Concretamente, esta situación se ha producido después de que una de las unidades, el «Siroco», fuera dada de baja el pasado junio y de que el presupuesto del año próximo no contemple la gran revisión a la que se deberá someter dentro de poco el «Tramontana» (con un coste de 30 millones de euros).
De esta manera, España permanecerá sólo con dos submarinos disponibles (el «Galerna» y el «Tramontana», con una media de 27 años de edad) a la espera de que se incorpore la nueva flota que está siendo construida por «Navantia», un programa de más de 2.000 millones de euros. La Armada espera que el primero de los nuevos sumergibles esté operativo en 2016, el mismo año que tendrá que darse de baja uno de los dos submarinos de la actual flota, el «Galerna». El tiempo apremia.
La situación actual del Arma Submarina contrasta con la de los últimos años del siglo XX y primeros del XXI, cuando la Armada llegó a contar con ocho submarinos: los cuatro de la serie 70 y los de la anterior serie S-60, que se dieron de baja entre 2003 y 2006. Y, además, no parece que vaya a ir a mejor, pues
Un retraso en los pagos podría dejar a la flota con sólo un submarino
De hecho, es posible que, si la entrega no se realiza a tiempo, la flota de sumergibles quede reducida durante algún tiempo a una única unidad. Si se produjesen retrasos en la entrega del S-81, dada la complejidad de la construcción, que lo llevaran más allá de 2016 las Fuerzas Armadas se quedarían con un sólo submarino operativo"
ABC 20/10/2012


























4 comentarios:

  1. Magnífica entrada. Me ha gustado muchísimo. Los pecios son una de mis debilidades y de este C-3 apenas sabía nada. Lo que me irrita y me asquea es el desprecio hacia los muertos, a los que ni siquiera se homenajea con una miserable placa. Y de rescatar sus cuerpos ni hablemos ¿no?
    Unos tanto y otros tan poco...
    Se ve que no valieron entonces ni tampoco ahora al servicio de la propaganda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En efecto. Curiosamente, el submarino no fue dado de baja hasta el año 1941. Ni que decir tiene que el Gobierno de Franco nunca dijo nada al respecto, el silencio más absoluto, como el de las profundidades marinas.

      Eliminar
  2. ¿Entonces para estos nada de "Memoria histórica"? ah... claro... memoria de pez.

    ResponderEliminar
  3. Me ha parecido muy interesante, no sabía nada al respecto...

    Será que soy hijo de esta nuestra democracia: un pez más.

    ResponderEliminar