Acabo de leer una noticia en el diario "La Voz de Galicia" en la que un canal francés (Meteo) pronostica que en 2013 " el oeste de Europa sufrirá unos meses estivales con frío y lluvias, el peor verano que se recuerda desde 1816". ¡Ya es mala suerte, si se cumple la predicción ! Y no parece que sea un hecho casual, los científicos aportan elementos que justifican tales fenómenos.
A mí, entre otras consideraciones, me ha llamado la atención que casi median 200 años, casi 40 lustros, entre el último registro, 1816, y el año en que nos encontramos. Esta circunstancia, sin duda, me recuerda algo también curioso; otro tipo de fenomenología bien distinta y más terrible, que nos visita también a intervalos parecidos. Me refiero concretamente a los seísmos y a nuestra provincia de Málaga.
No pretendo en modo alguno ser agorero ni mucho menos meter miedo a nadie. Tan sólo me limitaré a exponer una serie de sucesos acontecidos, que, de manera directa o indirecta, afectaron a nuestra ciudad, a la provincia y, por extensión, a la región andaluza.
Hagamos un poco de historia, retrocedamos en el tiempo. 26 de Enero de 1494, han transcurrido cinco años de la toma de Málaga por los ejércitos cristianos. La tierra tiembla, sembrando el terror en la población, la mayor parte de las casas se destruyeron y las torres y las murallas de la ciudad sufrieron grandes daños. Se conserva la documentación de la época en la que el Corregidor pone en conocimiento de los monarcas el triste suceso; por esta razón, los reyes Católicos deciden prolongar la franquicia de impuestos a la ciudad por dos años más para contribuir a reparar los efectos del seísmo, que tuvo como epicentro Málaga con una intensidad VIII en la escala EMS-98.
1680, 9 de Octubre 07,15 hs., de la mañana. Un terrible seísmo, que tuvo como epicentro la Sierra de Aguas, entre las localidades de Álora y Carratraca, asola Málaga. Su intensidad 9, en una escala de 10. Fue uno de los más destructivos de España y se llegó a sentir en Madrid. El estudio de una especialista, la doctora Tatiana Goded le asigna una profundidad media de 40 kilómetros. El 20% de las casas de Málaga capital quedaron destruidas y un 30% inhabitables. Murieron setenta personas y resultaron heridas más de 250.
Este terremoto fue ampliamente descrito en el informe que la Ciudad remitió al rey Carlos II y decía así:
"Miércoles nueve de octubre,
día de San Dionisio Areopagita, a las siete y cuarto de la mañana se
experimentó en Málaga un temblor de tierra con tan extraordinarios movimientos,
que todos los edificios parecían cañas, combatidas de recios y encontrados
vientos, sin que hubiere fábrica tan firme que resistirse a su violencia pues
del quicio, y abrió lo más grueso de las murallas, y en el breve tiempo que se
pudiera rezar un credo, fue tan grande y tan general el estrago, que de las
seis partes de casas que compone esta ciudad, están las cinco asoladas e
inhabitables, y las demás desplomadas que continúa el susto."
De todos los edificios, se sabe, que solo la catedral no sufrió daños. En el mar, los marinos a bordo de los barcos temieron por sus vidas por el maremoto que provocó, y afirmaron que hasta los peces fueron expulsados del mar hacia la tierra. Siguiendo con el magnífico e interesante estudio de la doctora Goded," la información es tan detallada que ha sido posible analizar los daños en cada una de las cuatro parroquias en que estaba dividida la ciudad (San Juan, santos Mártires, Sagrario y Santiago), así como los daños producidos en 36 monumentos de la ciudad". Este seísmo, de considerables proporciones, pasará a la historia como el Terremoto de Málaga de 1680.
1884, 25 de diciembre, Arenas del Rey, localidad de Granada, fue el epicentro de un seísmo de 10 segundos de duración. El temblor tuvo una magnitud cercana a los 6,5 grados en la escala de Richter, su origen alrededor de los 40 kilómetros bajo tierra. En aquella ocasión el número de víctimas mortales rondó el número de 1000 y aproximadamente el doble de heridos. Se le conoce como el gran Terremoto de Andalucía, que alcanzó una expansión de 120 x 70 Km cuadrados, afectando a unos cien núcleos urbanos de Granada y Málaga.
Nuevamente merece la pena recurrir a las palabras más autorizadas para hacerse una idea de lo sucedido: "...además del desprendimiento de rocas, causado por el temblor hay que sumar los deslizamientos de los estratos superiores del terreno...(que) fueron acompañados de la formación de numerosas grietas. A la sacudida más importante le siguieron varias sacudidas más en los días posteriores, alguna de cierta intensidad, esto hizo que la gente se echara a la calle, y el que se quedaba en su casa lo hacía con las puertas abiertas, a pesar del intenso frío. Dadas las comunicaciones existentes en aquella época y la ubicación de los pueblos, hasta el día 27 de ese mes no se conoció con exactitud el daño sufrido. Ese mismo día, la Diputación Provincial envió una comisión informativa que recogió lo ocurrido. El día 29 de diciembre, el periódico "El Defensor de Granada" pidió auxilio en prensa nacional, pero como aún no se había extendido la noticia, la alarma fue interpretada en Madrid como una exageración andaluza, por lo que la ayuda siguió retrasándose. Durante los 3 o 4 días siguientes al terremoto cada familia tuvo que subsistir con sus escasos medios, con lo que murieron más personas de las provocadas por el terremoto en sí. Además, a los pocos días sobrevino una de las mayores nevadas que se recuerda en España, empeorando la situación".
Quienes lean ésto, comprenderán que pase por alto lo de la "exageración andaluza" porque ello contribuiría a que a más de uno se le revuelvan las tripas más de lo debido.
El 28 de Febrero de 2011, el Presidente del Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), Luis Suárez, advertía en prensa escrita que aunque España no vive un momento "especialmente intenso en seísmos", un terremoto destructivo podría llegar "próximamente, en un futuro no muy lejano", parecido al vivido en 1884. "Hoy todavía no disponemos de instrumentos para saber con precisión cuando se va originar un terremoto, por eso se recurre la estadística histórica". Continuaba señalando a Europa Press que las zonas de mayor riesgo se concentran en Andalucía y Murcia, sin olvidar el terremoto de Torrevieja (Alicante) de 1829, que tuvo una intensidad de 6,9 grados y dejó 400 muertos.
La explicación es clara: el sur de la península Ibérica se encuentra sobre un área de subducción entre la placa Euroasiática y la Africana, estando en medio la placa del Mar de Alborán, concentrando el mayor índice de terremotos. "Casi todos los días se registran microterremotos en el sur peninsular pero ninguna relevante, ya que no suelen superar los 4 grados en la escala Richter". Y yo, profano en la materia, añado que afortunadamente, porque ello posibilita liberaciones paulatinas, y sin consecuencias, de energía destructiva. No obstante, queda claro que no es suficiente, que periódicamente esa actividad sísmica se incrementa y da lugar a la catástrofe.
¡Qué poco erró el Presidente del ICOG! Sus palabras fueron premonitorias, la estadística, que todo papel soporta, se cumplía apenas tres meses más tarde: 11 de mayo de 2011 , Lorca, Murcia. Un primer seísmo, de 4,5 fue seguido de otro de 5,1 casi dos horas más tarde. Su especial virulencia no fue debido tanto a sus magnitudes, sino a su escaso y poco frecuente hipocentro, profundidad de origen, tan sólo a 1000 metros bajo tierra. Su extremada superficialidad fue la principal causante de la devastación que arrasó Lorca.
El seísmo se dejó sentir en todo el sureste peninsular, especialmente en la región de Murcia, sin embargo Almería, Albacete, Granada, Jaén, Málaga, Alicante, Ciudad Real y algunas zonas de la ciudad de Madrid, donde el tipo de suelo amplifica los movimientos en ciertos barrios, también fueron testigos de excepción del fenómeno.
Mucho se ha escrito sobre este reciente y triste suceso, pero parecen ponerse de acuerdo los sismólogos en que el terremoto fue resultado directo de una falla de desgarre cercana a otra falla mayor, la de Alhama de Murcia.
Cabe hacerse la siguiente pregunta ¿podemos, a grandes rasgos, contar con otro buen puñado de años de relativa tranquilidad en el sureste peninsular, tomando el terremoto de Lorca como punto de arranque cronológico u otro gran seísmo está por llegar? Por otra parte, los sismólogos y vulcanólogos indican que los temblores y fenómenos de la isla canaria del Hierro no parecen tener relación alguna, la ubicación y causas son bien distintas.
De los terremotos registrados y que afectaron a Málaga, uno de ellos, el de 1884, nos dejó un recuerdo imborrable para propios y extraños. El famoso obelisco de piedra, que se alza en el centro de nuestra famosa Plaza de la Merced, tiene ligeramente desplazado, como consecuencia del temblor, el bloque superior. Y, curiosamente, pese a las posteriores restauraciones que ha experimentado desde entonces, se ha respetado la anomalía sufrida. Ojalá sirviera como talismán protector, porque ¿realmente estamos seguros?
Mapa de peligrosidad sísmica
Obelisco Pza. de la Merced (Málaga)
Excelente. Muy bien traído. Pero me pregunto : ¿ qué aviesa intención esconde ese pronóstico de los franceses que nuca dan puntada sin hilo...?
ResponderEliminarSiempre que paso por la plaza de la Merced (y llevo unas cuantas), miro el obelisco, y nunca me había dado cuenta hasta que lo dijiste...
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